PSICOCUENTOS
-
Auténtico conocimiento
-
Buscando la Felicidad Escondida
-
Buscar en el lugar equivocado
-
Cambiar yo para que cambie el mundo
-
Canelo, una historia de lealtad
-
Creer en sí mismo
-
Dar para recibir
-
Dios nunca se equivoca
-
El águila que creía ser una gallina
-
El águila y el halcón
-
El árbol confundido
-
El atrapasueños
-
El cuento de las arenas
-
Psicocuentos Orientales
ARTICULOS ESPECIALIZADOS
GRANDES BIOGRAFÍAS
PROGRAMAS EDUCATIVOS
-
Adolescencia y drogas
-
Adolescencia y Sexualidad
-
Cómo ayudar a su hijo a ser un ciudadano responsable
-
La implicación de padres y madres en la escuela
-
Programa Atenea
-
Programa Atenea II
-
Programa de apoyo a madres y padres de adolescentes. Cambios y evolución de la familia
-
Programa de apoyo a madres y padres de adolescentes. Estilos educativos
-
Programa de apoyo a madres y padres de adolescentes. Los cambios durante la adolescencia
-
Programa de apoyo a madres y padres de adolescentes. Resolución de conflictos
-
Programa Hércules
-
Programa Ulises I
AUDIO
-
Alienación Parental
-
Como te perciben los demás
-
El corazón del cerebro. Emociones y Neurociencia
-
Especialización Hemisférica Cerebral.Una cabeza para dos cerebros
-
Los riesgos de los niños en la red
-
No busque tener la razón, busque tener la paz
-
Un nuevo ejercicio para transformar tus creencias mas limitantes en potenciadoras
PSICOLOGÍA Y CINE
Facebook de Psicología Online
Twitter de Psicología Online
Suscribirse
EL ÁRBOL CONFUNDIDO
Había una vez, un hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales. Todos estaban satisfechos y eran felices. Sin embargo, no todo era alegría en el jardín pues había un árbol profundamente triste porque no sabía quién era. El manzano le decía que le faltaba concentración: - Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es? - No lo escuches – le decía el rosal- . Es más sencillo tener rosas. ¿Ves que bellas son? El árbol intentaba todo lo que le sugerían y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol exclamó: -No te preocupes, tu problema no es tan grave. Lo tienen muchísimos seres sobre la Tierra. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas... Sé tú mismo, conócete y para lograrlo, escucha tu voz interior. Dicho esto, el búho desapareció. ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? Se preguntaba el árbol. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón y, por fin, pudo escuchar su voz interior diciéndole: - Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión. Cúmplela. El árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Entonces, el jardín fue completamente feliz.