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DIOS NUNCA SE EQUIVOCA
Un rey que no creía en la bondad de Dios, tenía un siervo que en todas las situaciones le decía: Mi rey, no se desanime porque todo lo que Dios hace es perfecto; ¡Él no se equivoca! Un día salieron para cazar y una fiera atacó al rey. Su siervo consiguió matar al animal pero no pudo evitar que el rey perdiese un dedo de la mano. Furioso y sin mostrar gratitud por haber sido salvado, el Rey dijo: ¿Dios es bueno? Si Él fuese bueno yo no habría sido atacado y no habría perdido mi dedo El siervo apenas respondió: Mi rey, a pesar de todas esas cosas, sólo puedo decirle que Dios es bueno y Él sabe el porqué de todas las cosas. Lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca! Indignado con la respuesta, el rey mandó apresar a su siervo. Tiempo después, salió para otra cacería y fue capturado por salvajes que hacían sacrificios humanos. En el altar, listos para sacrificar al rey, los salvajes percibieron que la víctima no tenía uno de los dedos y lo soltaron: él no era perfecto para ser ofrecido a los dioses.